Me siento mal en el colectivo, una amiga se baja conmigo. Cuando
nos bajamos automáticamente me siento mejor y empezamos a correr por arriba de
unos autos en venta. El empleado de la concesionaria nos echa. Salimos. Cada
una tiene un papelito: "calle x nro. 3212" - "calle x nro.
3216". Excelente, vamos para el mismo lado. “Yo te acompaño primero y después
vamos al mío (?)”. Llegamos y es la casa de Gastón Pauls. Parece que le están
robando pero él no se dio cuenta, así que en vez de buchonearle a Gasti, vamos
por ayuda a otro lado: al concesionario, donde evidentemente no nos abren, y
desde adentro nos hacen seña de "rajen de acá".
Pudimos ser heroínas, pero por divertirnos el pobre Gastón Pauls
quedó desvalijado.