de uno de los lados de la calle había casas antiguas y un
lugar donde vendían antigüedades, también un auto roto, sin ruedas. Del otro un
paredón gigante, de ladrillos con muchas manos de cal descascaradas, la pared
inestable, hacía una curva, era inminente su caída; la vereda, destruida por
las raíces de los árboles, no tenía una baldosa en su lugar.
Caminaba con amigos, por la vereda destruida, de repente me
vi charlando muy divertido con una chica que conozco muy poco [no entiendo
porque estaba ahí]. Mis amigo ya no estaban, la vereda me hizo chocarme contra
ella, me abrazó y yo le di un beso en la mandíbula, al lado de la oreja. Seguimos
caminando así, abrazados.
:)
ResponderEliminarbienvenidos tus sueños!