su sueño aqui.

por favor no incluír ilusiones, delirios o flashes. se agradece ser fiel a la idea de publicar solamente sueños venidos del mundo que se visita a la hora de dormir, inclusive en siestas y cabeceos de colectivo.

vale tanto un lenguaje florido, como uno minimalista, poético, coloquial o documental, balbuceado, ininteligible, escrito, dibujado o sonoro, brevísimo o novelado, minucioso o a grosso modo.

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gracias.

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4.12.13

arquitectura

soñé con un concurso para remodelar una casa: una casa enorme que terminaba junto al agua en un acantilado. la casa era de una familia árabe.
el concurso empezaba de repente en la casa extraña y magnífica pero muy venida a menos.
mis contrincantes: 2 mujeres que sabían de casas. mi equipo: una amiga cercana y yo. los planos no estaban por ninguna parte y los empezamos a buscar por la casa. 

teníamos 7 horas.

la casa era rarísima: tenía una entrada casi invisible, había habitaciones gigantes y otras minúsculas, desniveles, patios, pasadizos con escaleritas del lado de la costa.
conseguí las 3 partes de los planos. no coincidían, estaban en diferentes escalas, unos en calcos, otros en papel y ninguno reflejaba la realidad. se notaba que habían remodelado varias veces y había planos de cada vez.

despues de la segunda hora de trabajo pensaba que había logrado completar un mapa decente. y entonces trabajé.
en la cuarta hora mi socia me abandonaba.
en la quinta hora la hija del dueño me decía que iba a ser su reemplazante. ella empezaba a bocetar cosas hasta que en la sexta hora venia con un proyectito muy pobre donde ponía unos arbustitos redondos en la entrada y un par de tabiques y otras intervenciones extrañas, y nada más: para ella estaba listo.
le explicaba que eso no era un proyecto, así que ella se ofendía y se iba con los pocos planos en limpio que teníamos y se ocultaba en algún lugar imposible e invisible de la casa.

era la hora seiscuarentaycinco y de pronto vi todo con claridad: no tenía nada.

en esos quince minutos junté todo lo que pude, todo lo que había hecho durante esas horas: los planos en distintas escalas, mis croquis pero sobre todo los de la hija de los dueños de casa, y bosquejos y medidas que había encontrado por todas partes.
era un manojo de papeles desesperados, arrugados, de diferentes tamaños, desastrosos. traté de componerlos en una pila integrada, presentable.

y llegó la hora siete.

debía presentar un proyecto que no tenía y mis competidoras habían diseñado algo bastante aceptable en un estilo más bien lujoso y occidental, muy de arquitecto.
entonces pasaron dos cosas: entendí todo con claridad y empecé a hablar hasta que me desperté.

cuando empecé a hablar, en el sueño, me paré frente a los dueños de casa y la audiencia, y puse delante mío la pila de papeles y les empecé a explicar que no tenía un proyecto terminado.
que había aprendido cosas que consideraba fundamentales pero que no tenía ni un plano terminado, que hasta la quinta hora solo había aprendido cosas sobre el caso de las mejores y peores formas, que me sabía la casa de memoria, que había logrado juntar en mi cabeza las 3 partes de los planos y que las entendía en todos sus pasadizos e incoherencias.
que en la quinta hora había aprendido a no dar nada por sentado.
que casi en la hora siete me había dado cuenta que los arbustitos representaban una creencia espiritual, que comprendí donde iban y por que.
que entendí que había que escuchar a la hija porque aunque de arquitectura lo ignoraba todo, no solo iba a heredar la casa sino que conocía su cultura y sus geometrías.
que no debía trabajar la casa en planta. que las simetrías y los recorridos que para nosotros tenían lógica y belleza, no los tenían para los dueños de casa.
los dueños de casa sentados en dos grandes sillas me escuchaban.
yo sabía que el otro equipo iba a presentarles uno planos listos y prolijos, pero no sentía temor: yo había entendido el problema.

humildemente _les decía_ estoy lista para empezar un proyecto de 7000 horas.